En la década de los 1970’s, George Lucas escribió un guión sobre una guerra intergaláctica, usando elementos históricos. Como casi toda la juventud de su época, Lucas se inspiró mayormente en los conflictos de su tiempo, usando la guerra de Vietnam, el Presidente de aquel entonces, Richard Nixon, y la polarización social alrededor de todo eso para darnos Star Wars.
Es un placer decirles que los primeros cuatro episodios de Andor me dejaron desesperado por ver el resto, poniéndola en camino a ser lo mejor que se ha hecho de Star Wars en televisión. Con su narrativa, estructuración, desarrollo de personajes, una trama adulta y la sensación real de vivir un universo oprimido. Diego Luna regresa a la piel de Andor dándonos un maravilloso trabajo como un hombre en modo constante de supervivencia, dispuesto a todo, cuya mayor moral es mantenerse vivo a costa de lo que sea, con un código único de honor, difícil de aceptar para muchos pero, al cual se mantiene aferrado con voluntad de hierro.
Tony Gilroy regresa al mundo creado por el, dentro de la galaxia, para contarnos la historia de Cassian Andor (Diego Luna), uno de tantos caudillos durante la rebelión contra el malvado Imperio Galáctico. Pero esta es una historia contada sin prisa. En la vida real los héroes y villanos absolutos no existen, y el camino de Andor es pedregoso, incomodo e improbable.
Gilroy demuestra cuán bien entiende el propósito de Lucas, estableciendo un mundo gris –literal y figurativamente- donde decisiones difíciles son tomadas por las razones, equivocadas con resultados mixtos. Gilroy también nos presenta efectos de vivir bajo imperialismo, la destrucción de culturas y familias en beneficio de los colonizadores, y el desprecio de los conquistadores hacia los conquistados.
Lamento informarles que la gente mala no siempre recibe su merecido, ni la gente buena recibe su recompensa. Pero, esta es la disyuntiva: ¿Quién decide quien es malo o quien es bueno? Y en eso Andor comienza su temporada con matices neutrales. Cassian no pretende ser héroe de nada sino sobrevivir, aunque las vías lo lleven al destino del heroísmo…según los rebeldes ganadores claros. Para el Imperio, Andor fue un cruel terrorista.
Cinco años antes de la Batalla en Yavin IV (BBY, por sus siglas en ingles), Andor vive en uno de tantos planetas basureros, usados para desmontar naves y equipos de la vieja república y los separatistas, sacando material reusable, descartando el resto. Este no un planeta importante, controlado por alguna de varias corporaciones haciendo el trabajo sucio del Imperio, aunque siempre sometido a este. Buscando pistas de su hermana perdida, Andor se envuelve en una pelea de barra con dos arrogantes corporativos, terminando con sus muertes. Ahora Andor tendrá que escapar antes que la corporación – o peor, el Imperio- venga para ajustar cuentas.
En su escape, Andor tendrá que dejar atrás su actual vida para convertirse en otro fugitivo más, pero el destino lo contacta con lo que eventualmente será su mayor misión…con varios tropiezos entre medio.
Para que entiendan cuan distinto es Andor al resto de las series Star Wars en Disney Plus, la mejor descripción es que Andor es lo más cercano a ver Star Wars en HBO. No solamente porque su desarrollo es más comedido, sino porque no hay certeza de quien es la persona en que confiar. Ni siquiera el mismo Andor. La sensación de esta serie me recordó ver Chernobyl, la fantástica mini serie de HBO, no tanto por tener algunos actores en común, sino porque la atmosfera de temor constante, de opresión, de miedo a decir o hacer lo incorrecto, de llamar demasiado la atención del régimen. Al mismo tiempo, ver aquellos leales al sistema, sin mayor razón que alguna obsesión con el orden o el sistema de clases.
Andor eleva la saga a niveles no visto desde la trilogía original, recordándonos que esto es la historia de una pequeña, desamparada rebelión que logró enfrentar el imperio más poderoso del universo contra todo pronóstico, usando su arrojo y voluntad contra la arrogancia de los invasores. Aunque el camino haya sido más gris de lo que quisiéramos admitir. ¡Galácticamente recomendada!
Podcastero, comediante, crítico de cine y TV miembro de la Critics Choice Association, crítico certificado en Rotten Tomatoes, y padre de gatos. Una vez cuando niño entré a un cine, y en cierta forma nunca salí.
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